Editorial

Pauta, parcialidad y ataques selectivos: la hipocresía detrás de Suban el Volumen

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El periodismo, en su esencia más pura, se fundamenta en la objetividad, la investigación rigurosa y la capacidad de presentar los hechos de manera equilibrada. Sin embargo, en la ciudad de Alta Gracia, ha surgido una figura cuya labor periodística genera cuestionamientos: Gustavo Bergesio, quien se presenta como periodista y es director del medio digital «Suban el Volumen». Su falta de formación académica en comunicación plantea interrogantes sobre su idoneidad para ejercer la profesión y sobre la parcialidad que se percibe en su contenido.

Un repaso por su perfil de LinkedIn no muestra registros de estudios en comunicación o periodismo. Su experiencia en el área parece haber surgido sin antecedentes formales en la disciplina, lo que genera dudas sobre la base profesional de sus análisis. Resulta relevante señalar que su formación académica registrada es en el área de sistemas, con estudios en la universidad IES entre 2001 y 2003.

Parcialidad y orientación editorial

Bergesio se presenta como un comunicador independiente, pero un análisis de sus publicaciones evidencia una inclinación política. Su medio digital ha difundido contenidos críticos hacia los gobiernos peronistas y, en contraste, ha resaltado de manera favorable la gestión del gobierno nacional de Javier Milei y el ala radical. Esto ha llevado a algunos sectores a preguntarse si su posicionamiento responde a convicciones personales o a factores externos.

Detrás de este sesgo político subyace un hecho revelador: la posible frustración por haber perdido una licitación en servicios informativos con la Municipalidad de Alta Gracia. Esto plantea una interrogante lógica: ¿la crítica es genuina o simplemente una represalia por intereses económicos aparentemente frustrados?

Además, se ha señalado que Bergesio participó activamente en política, siendo parte del equipo de fiscalización de La Libertad Avanza durante las últimas elecciones y manteniendo comunicación con militantes y operadores del partido. Esto podría explicar su defensa de las políticas impulsadas por Milei y la ausencia de críticas hacia dirigentes afines.

Su línea editorial también se refleja en el respaldo constante a una dirigente de una localidad del departamento Santa María. La recurrencia de publicaciones que destacan su gestión genera dudas sobre el grado de objetividad con el que aborda ciertos temas.

La pauta publicitaria y la coherencia en el discurso

A pesar de su constante defensa de la independencia periodística, Gustavo Bergesio ha sido crítico con los medios de Alta Gracia que reciben pauta del gobierno local, lo que ha generado interrogantes sobre la coherencia de su postura.

Uno de sus recientes señalamientos fue contra el periodista Iván Moreira, a quien cuestionó por, supuestamente, haber recibido apoyo económico del Municipio para cubrir la Copa América 2024. Dicho respaldo fue otorgado mediante el decreto 1.946/24, firmado el 7 de junio por el intendente Marcos Torres Lima. Sin embargo, la falta de un criterio uniforme a la hora de abordar estos temas ha abierto el debate sobre su imparcialidad.

En este contexto, surge la pregunta: ¿se puede hablar de independencia editorial cuando existen distintos tipos de financiamiento? Más aún, en la plataforma de Suban el Volumen se ofrece un enlace de donaciones a través de Cafecito, aunque no hay registros públicos de aportes significativos. Esto deja abierta la incógnita sobre cómo se sostiene económicamente el medio y si existen otros recursos que podrían influir en su línea editorial.

Posturas y cuestionamientos a iniciativas locales

Bergesio ha manifestado críticas hacia diversas iniciativas comunitarias, entre ellas el homenaje a «Humito», un perro emblemático del Barrio San Martín. La propuesta de erigir una estatua en su honor, financiada de manera privada y sin costos para el municipio, fue objeto de comentarios negativos en su medio. Esta postura fue percibida por algunos como una falta de sensibilidad hacia los valores y símbolos de la comunidad. Lo interesante también es que mientras Bergesio utiliza su medio para desprestigiar estas iniciativas locales, no supo decir nada cuando un dirigente perteneciente a su ideología fue apuntado públicamente por supuestamente practicar la «zoofilía».

Por otro lado, en su perfil se puede ver la frase en latín «Carthago delenda est» («Cartago debe ser destruida»), expresión atribuida al senador romano Catón el Viejo. Este lema, históricamente vinculado a la insistencia en la eliminación de un enemigo, deja abierta la pregunta sobre su significado en el contexto actual y su aplicación en su discurso comunicacional. Este lema, convertido en símbolo de determinación y hostilidad, lleva a preguntarse: ¿qué es lo que Bergesio quiere destruir? ¿A la política que lo dejó sin trabajo? ¿A todo aquel que piense distinto a él?

El caso de Gustavo Bergesio ejemplifica los desafíos que enfrenta el periodismo en tiempos donde la independencia y la objetividad son valores esenciales. La falta de formación específica en la disciplina, sumada a la existencia de posibles intereses políticos y económicos en su labor, genera cuestionamientos sobre la naturaleza de su trabajo informativo.

Radio Vibra hace público este análisis en respuesta a reiteradas ocasiones en las que se ha utilizado contenido producido por esta casa radial sin autorización, se ha cuestionado a periodistas de este medio y se han generado ataques que buscan deslegitimar su labor.

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