Los cordobeses transitamos un momento bisagra para la provincia. El próximo 25 de junio, a solo 26 días, la dinastía conformada por José Manuel De la Sota y Juan Schiaretti estará en jaque ante una oposición unida.
En este escenario, actualmente transitamos los comienzos de la verdadera campaña electoral, donde si bien en las encuestas los números indican que tanto Luis Juez como Martín Llaryora están en condiciones electorales de ser el próximo gobernador de Córdoba, el candidato oficialista corre con amplia ventaja en cuanto a su relación con los principales medios de comunicación provinciales y con la publicidad en general.
La coyuntura político – electoral de Córdoba demuestra una campaña (por lo menos a 26 días de la elección) vacía de propuestas y repletas de slogans, a pesar de la crisis social, sanitaria, educativa y de seguridad que suscita en la provincia mediterránea.
Con un Schiaretti ajeno a la campaña provincial y enfocado en su armado interprovincial, Llaryora se ha puesto al hombro su campaña electoral, en conjunto con una abundante pauta publicitaria. Por parte de Hacemos Unidos por Córdoba, el eje de la misma es «la continuación de la gestión en los 24 años». Por parte de la oposición, el eje de campaña de Juez parecería ser la inseguridad.
A pesar de esto, ninguna de las dos principales propuestas comunican propuestas concretas sobre cómo revertir la situación en que se encuentra Córdoba: el conflicto con los médicos, con los docentes; el declive calamitoso de la educación; la crisis ambiental reflejada en el lago San Roque; y preponderantemente la inseguridad en crecimiento. En la misma generalidad de carencia de propuestas parecerían entrar la Izquierda, el vecinalismo y el kirchnerismo.